Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

Bienvenidos a mi hogar. Entren libremente. Pasen sin temor. ¡Y dejen en él un poco de la felicidad que traen consigo!

martes, 30 de octubre de 2012

NADA DE TRATOS... UN GRAN TRUCO


¡Que vienen!
¿El coco y el hombre del saco? (ná, fueron objeto de un ERE tiempo ha).
¿Los rusos? (mucho ha llovido, pertinaz sequía aparte, desde que corriera un chiste contado con la guasa particular que se estilaba al otro lado del ya caído Telón de Acero, un eslogan de una agencia de viajes: "visite la Unión Soviética antes  que la Unión Soviética le visite a usted".
¿Los hombres de negro? (mire usté, ni me los nombre, oiga).
Entonces, ¿quién viene?
Los marcianos, hombre, ¡los marcianos!
¡Ah, bueno! ¡Vaya susto!


Año 1938, treinta de octubre, domingo.
Mientras en Europa empiezan a sentirse los primeros efectos de los vientos de la guerra, que a no mucho tardar se convertirían en furioso vendaval, toda América duerme. Bueno, no todos duermen. Millones de radioyentes permanecen despiertos durante aquella velada dominical, pendientes de sus aparatos de radio. No era para menos pues a las ocho en punto, como cada domingo, la NBC emitía “The Chase and Sanborn Hour”, un programa musical y de variedades, patrocinado por Chase and Sanborn Coffee,en el que se incluía el show del ventrílocuo Edgar Bergen junto a su muñeco Charlie McCarthy.




Edgar Bergen y su muñeco Charlie

Los que se removían inquietos en sus casas se preparaban para disfrutar con una hora de humor y melodías musicales, sin que en ningún momento fueran conscientes de que precisamente aquel día, víspera de Halloween, un joven de solo veintitrés años había madurado la decisión de organizar un golpe de efecto mediante el que atraer hacia su minoritario programa de radio la atención de varios millones de oyentes.

Unos tres años antes un joven actor dramático, bastante bregado en el mundo del teatro, labor que compaginaba con sus actividades como locutor de radio, trabó amistad con cierto productor teatral. Tras organizar varios espectáculos ambos decidieron acometer la formación de un grupo de teatro estable, con el que organizar giras por todos los Estados Unidos. Es así, gracias a esta unión de voluntades, como nace de la mano de ambos hombres, el actor y locutor Orson Welles y el productor John Houseman, el Mercury Theatre. A su lado una serie de actores y otros varios colaboradores, como algunos guionistas y músicos: Joseph Cotten, George Coulouris, Agnes Moorehead, Everett Sloane, Erskine Sanford, Herman Mankiewicz, William Allan, Ray Collins, Howard Koch, Paul Steward, William Allan, Bernard Hermann, Ray Collins, Paul Steward, Richard Wilson, Eustace Wyatt, Stephen Schnabel, Edgar Barrier y Frank Readick.




Los miembros del Mercury Theatre ensayando bajo la dirección de Orson Welles;
se distinguen en el centro a Agnes Moorehead y a Ray Collins



Para el inquieto Welles parece no existir la palabra imposible. Inmerso en una frenética actividad que parece no poseer límites tan pronto se encuentra organizando funciones teatrales como dramatizaciones radiales, mas siempre respaldado por los integrantes del Mercury. Es así como pone en marcha un programa semanal de una hora de duración, una vez vendida la idea a la cadena CBS, programa que salía a las ondas cada domingo desde la ciudad de Nueva York, de ocho a nueve de la noche.

En él su voz era, cómo no, la protagonista, aunque por supuesto bien acompañada por el plantel de actores del Mercury. Su nombre “Mercury Theatre on the Air”, y para que no cupiera duda alguna acerca de quién era el responsable último, la mano que se encargaba de dirigir el montaje, añadió a modo de subtítulo una frase para despejarlas por completo: “Primera Persona del Singular”.

Sin embargo sus adaptaciones de textos clásicos no garantizaban el favor del público. Por brillantes que fueran sus adaptaciones de textos consagrados como “Drácula” de Bram Stoker, “Jane Eyre” de Charlotte Brontë o “La Isla del Tesoro” de Stevenson, el número de seguidores se revelaba en cada emisión como bastante reducido. Hasta el punto que solo cuando en el programa de variedades de la NBC se daba paso al cantante invitado los oyentes giraban su dial a la CBS.

Para un espíritu tan descomunal como el de Welles aquello alcanzaba los tintes propios de una afrenta personal. Su carácter le impedía digerir con calma aquel franco rechazo hacia su obra, así que no tardó demasiado en idear un método para atraer la atención sobre sí mismo.

Aquella noche de domingo, aquella víspera de Halloween, le pareció la velada más indicada para emitir una versión dramatizada de un clásico de H. G. Wells, “La Guerra de los Mundos”. Qué mejor que un relato acerca de una supuesta invasión por parte de los marcianos, cuando otros congéneres, océano de por medio, agitaban las antorchas con la que no tardarían en prender la gran pira.

Mas Orson se había propuesto que aquella no fuera una adaptación más, al igual que cualesquiera de las anteriores; sería La Adaptación. Si los oyentes no parecían dispuestos a admirar su talento él se iba a ocupar de que así fuera. Durante seis días el guionista Howard Koch (miembro del triunvirato formado con los hermanos Julius y Phillip Epstein  que moldearía el guión definitivo de "Casablanca"), siempre siguiendo las directrices que le marcaba Orson, fue elaborando el guión que se utilizaría como base del programa.





Howard Koch


Habla Howard Koch:

Orson sólo quería convertir el libro de H. G. Wells en un reportaje radiofónico, y así lo hicimos. Sólo dramatizamos la primera parte. El resto lo convertimos en boletines de noticias que intercalamos en medio de un programa musical”.


Para salvarse las espaldas los encargados de la censura de la cadena se ocuparon de revisar el guión de forma exhaustiva, introduciendo en su redacción varios cambios en aras de restarle la mayor verosimilitud posible. Durante este proceso expurgatorio incluso llegaron a eliminar cualquier nombre real que pudiera provocar dudas acerca de lo que no era más que una ficción adaptada. Mas no contaban con la maestría del joven zorro.
El mayor poder de lo redactado no radicaba en esas minucias que se habían apresurado a corregir y suprimir, no. La verdadera fuente de la fuerza de la emisión en sí se encontraba en el cuidadoso montaje subyacente, ideado por el propio Welles.

Al creer que su labor había concluido, y una vez satisfechos tras los recortes introducidos, los profesionales de la CBS le dieron luz verde al texto definitivo.


Comienza el espectáculo.
A la hora prevista, las ocho en punto, da inicio el programa. Un locutor pronuncia la frase habitual:

La CBS tiene el gusto de presentarles a Orson Welles y el Mercury Theatre en La Guerra de los Mundos, de H.G. Wells”.

Se oye la voz de Welles haciendo una breve introducción en la que se adapta el arranque de la novela y a continuación empiezan a oírse unos acordes musicales, ofrecidos a la escasa audiencia por medio de una conexión directa con el salón Meridian del inexistente Hotel Park Plaza de Nueva York, a cargo de unos todavía más falsos Ramon Roquello y los miembros de su orquesta.


Orson Welles durante la emisión; en la esquina inferior derecha podemos ver al compositor Bernard Herrmann



Súbitamente enmudece la música y la voz de un agitado locutor lee un comunicado oficial:

"Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de música para ofrecerles un boletín informativo especial de la Intercontinental Radio News. A las 19.40, hora local, el profesor Farrel del Observatorio de Mount Jennings, en Chicago, ha observado varias explosiones de gases incadescentes producidas a intervalos regulares en el planeta Marte... Y ahora les dejamos con la música de Ramon Roquello".

Sin embargo la mayor parte de la audiencia sigue sintonizando la NBC, por completo ajena al despliegue orquestado, éste sí, por Welles y sus compañeros del Mercury Theatre. Y aún más ignorantes de las inquietantes explicaciones a cargo del profesor Farrel.

Aumenta la tensión. Un nervioso periodista, Carl Phillips, se ocupa de añadir más leña al fuego. Desplazado a Trenton (New Jersey) relata por medio de una viva descripción el ambiente en alrededor del lugar en el que ha caído un supuesto meteorito, en las proximidades de una granja.

Sus palabras no permiten albergar dudas acerca de que lo que observa dista mucho de ser un objeto estelar más:

"Lo que puedo ver del objeto no guarda mucha relación con un meteorito, por lo menos con los meteoritos que yo he visto. Parece más bien... un enorme cilindro".

El grado deseado de suspense se ha alcanzado. Los pocos oyentes que vienen disfrutando desde un principio con la representación ya se encuentran plenamente introducidos en la trama.
Una vez montada por completo la trampa solo queda esperar...


Aumenta la audiencia.
A las 8.12, en el programa de la NBC, el ventrílocuo Edgard Bergen procede a presentar la habitual actuación musical. Tras haber contado algunos de los chistes de su repertorio, con la ayuda de su muñeco Charlie McCarthy, llega el momento de la música.

En ese preciso instante varios miles de oyentes giran el dial y sintonizan la CBS. Lo que entonces escuchan, en las palabras y la voz de un reportero llamado Carl Phillips, no es precisamente lo que esperan oír.
La trampa acababa de ser accionada.


Lo demás ya es historia...


Aproximadamente un millón de personas, de los veinte millones que se encontraban sintonizando la emisión, creyeron en la veracidad de la narración, aunque por suerte el pánico desatado solo trajo consigo algunos abortos, un intento de suicidio y algún que otro hueso roto.
No hubo que lamentar desgracias personales más evidentes.
Sin embargo la policía acudió a los estudios antes de que finalizara la emisión y confiscó el guión.
El gran éxito para Orson y la CBS solo se vio “empañado” por las demandas judiciales que recibió la cadena y que ascendieron a unos doscientos mil dólares.








Información adicional:
  • La emisión radiofónica de "La Guerra de los Mundos" emitida el 30 de octubre de 1938.
  • Entrada del blog de Óscar Carbajal en la que se incluye el texto del guión radiofónico en español. Y aquí la transcripción en inglés de la emisión.
  • Emisión especial en Radio 3 de la versión radiofónica de “La Guerra de los Mundos” (30/10/2008) con motivo del setenta aniversario.
  • Reportaje del programa de RNE "Bienvenido a casa" con motivo del 70º aniversario de la emisión de "La Guerra de los Mundos".
  • En el año 2010  W. Joseph Campbell, profesor de la Escuela de Comunicación en la Universidad Americana de Washington, publicó un libro en el que refutaba varias noticias que los medios han convertido en mitos, entre ellos se encontraba la supuesa ola de pánico provocada por la emisión de la versión radiofónica de la novela de H. G. Wells. Incluimos un artículo de la BBC News Magazine y una entrada en Media Myth Alert, ambos en inglés.
  • Posibles fuentes de inspiración para la utilización de boletines de noticias como parte de la emisión.


sábado, 27 de octubre de 2012

SÁBADO MUSICAL: "THE IPCRESS FILE"



El tema principal de la B.S.O. de "Ipcress" ("The Ipcress File", Sidney J. Furie, 1965), compuesta por John Barry


Cada vez que veo al somnoliento Harry Palmer (Michael Caine) preparándose el café con una cafetera de émbolo me acuerdo de los lunes por la mañana.




Títulos de crédito de "Ipcress" ("The Ipcress File", Sidney J. Furie, 1965)



miércoles, 24 de octubre de 2012

ALFILERAZO FOTOGÉNICO (LXXVII): "EL HOMBRE TRANQUILO"


John Ford flanqueado por John Wayne y Arthur Shields en el set de "El hombre tranquilo" ("The quiet man", John Ford, 1952)

domingo, 21 de octubre de 2012

ARDUM



El pasado viernes, en el Auditorio, tuvo lugar el estreno en Oviedo del cortometraje (dada la duración, cuarenta y siete minutos, más bien cabría hablar de mediometraje) "Ardum" (2012), dirigido por el asturiano Juan Linera, y rodado en su mayor parte en el concejo de Pesoz, donde se estrenó oficialmente el pasado 13 de octubre.


 


El tráiler



El making of

sábado, 13 de octubre de 2012

SÁBADO MUSICAL: "THE LION SLEEPS TONIGHT"


Cuando un sábado, bien de mañana, se atraviesa la puerta de nuestro establecimiento, quien lo hace dispone de un termómetro con el que medir el estado de ánimo dominante en su interior. Por mi propia experiencia puedo asegurar que existe una fuerte correlación entre la música que se está reproduciendo en  el equipo estereofónico y dicho estado de ánimo. Quien por despiste o ignorancia no se percate de esta circunstancia corre el riesgo cierto de acabar tomando un café frío o, incluso, un honor como otro cualquiera, disfrutar en su plenitud la especialidad ofrecida por Sacha cuando se encuentra un tanto digamos que molesto (por no decir cabreado, versión indignada con el colmillo retorcido y el pie izquierdo hormigueante: un ceño nueve en la escala Richter): su inmarcesible e inolvidable cafelito con sal Maldon espolvoreada. Lo cual no deja de ser un gesto obsequioso, y hasta gracioso por su parte (en uno de los sentidos de la palabra porque a ver quién se ríe después de arrimar los labios a semejante mejunje) ya que como podrán comprobar no se encuentra entre las consumiciones ofrecidas en nuestro local.


En esta mañana comprobé para mi suerte que la música que sonaba garantizaba que el café servido entraba dentro de los parámetros de excelencia en los que acostumbra a moverse nuestro barista.


"Mbube", la versión original de este popular tema a cargo de su compositor Solomon Linda y su grupo The Evening Birds; en zulú "mbube" significa león



"Wimoweh", Pete Seger and The Weavers versionearon el tema anterior cambiándole el nombre


Y llegamos a la versión más conocida, y nuevo cambio de nombre, la interpretada por The Tokens...


"The lion sleeps tonight", The Tokens

Por cierto, el café excelente...


Nota adicional: documentación obtenida por el D.B.I. a través de Wikipedia.


miércoles, 10 de octubre de 2012

ACTORES Y ACTRICES CUYA EXISTENCIA DESCONOCÍA (III): DIANA LYNN




Vista en "El milagro de Morgan Creek" ("The miracle of Morgan´s Creek", Preston Sturges, 1944).



El señor Edmund Kockenlocker (William Demarest) flanqueado por sus dos hijas Trudy (Betty Hutton) y Emmy (Diana Lynn) en "El milagro de Morgan Creek" ("The miracle of Morgan´s Creek", Preston Sturges, 1944)