Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

Bienvenidos a mi hogar. Entren libremente. Pasen sin temor. ¡Y dejen en él un poco de la felicidad que traen consigo!

domingo, 11 de noviembre de 2012

¡ADELANTE! LEAN SIN TEMOR...


Tal y como contó Irving Noel Thornley Stoker, único hijo del matrimonio de Bram Stoker con Florence Balcombe, el origen de la novela "Drácula" no fue otro que una indigestión. Un acto en apariencia tan nimio como un mero empacho, más en concreto de cangrejos. A este respecto desconozco si eran de mar o de río, por lo que mucho me temo que cuantos deseen emularle en busca de inspiración no tendrán más remedio que probar con ambas variedades por medio del método tan científico de prueba y error. Siento el no aportar mayor información a este respecto, aunque sí les puedo ofrecer un consejo: mantengan en todo momento al alcance de su mano un frasco de Almax o de bicarbonato en su defecto.

Sea como fuere, a causa de la indigestión Bram "gozó" (y permítanme el uso de este verbo, no ya aplicado a los pesares causados por el hartazgo sobrevenido sino por el reconocimiento recibido (1) como autor de esta novela) con la visión de un ser (¿o debería decir "no ser"?), rey de los vampiros, levantándose de su tumba...




Bien, como lector asiduo de novela gótica, de terror, "ghost stories" y similares, y muy en especial de los relatos y novelas con vampiros como protagonistas (como ya quedó claro en un meme de hace algunos años) no he podido resistirme a incluir una entrada con el conde Drácula como protagonista. Máxime cuando el pasado viernes se cumplió el 165º Aniversario del nacimiento de Bram Stoker.


Y ya que una de las frases de esa novela campea en la entrada de nuestro cafetín, la usaré a modo de homenaje por los buenos momentos pasados, ya con su lectura ya con sus recreaciones cinematográficas.

"¡Bienvenido a mi hogar! Entre libremente. Pase sin temor ¡y deje en él un poco de la felicidad que trae consigo!"

"Drácula" de Bram Stoker




- Los muros de mi castillo están cuarteados. Abundan en él las sombras. Pero, ¡suba! Está usted en su casa. 
El conde Drácula (Carlos Villarías) y Juan Harker (Barry Norton) en "Drácula" (George Melford, 1931).
 Se trata de la versión en español, rodada de forma simultánea a la de Tod Browning.




Nota adicional: al acostarse y apoyar la cabeza en la almohada recuerden que la vena yugular se encuentra en el lado derecho del cuello...


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(1) Transcurridos dos años de la muerte de Stoker su viuda publicaría una colección de relatos inéditos titulada "El invitado de Drácula y otras historias de terror" entre los que se encuentra el relato que le da título.

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